Uno de los deberes ciudadanos, es participar en las elecciones democráticas: de todos los astorganos con la edad para votar, mujeres, hombres, jóvenes…Es esta convocatoria electoral la más cercana, en la que se decide quién, desde la alcaldía, va a hablar por la ciudad, representarla, darle prestigio, defender sus intereses. Cada uno de nosotros tenemos nuestra sensibilidad, nuestras ideas, pero lo que verdaderamente importa, y más en un municipio en la que nos conocemos prácticamente todos, es la persona: cuál es su trayectoria, su interés por todo lo que atañe a Astorga y las pedanías, su implicación en sus necesidades materiales y sociales. Se equivocaría aquel cuyo voto tenga otro fin que nuestro propio municipio. Pues cada día, en el Ayuntamiento, quien va a estar dispuesto a acudir a la alcaldía, al cometido de las concejalías, no son los políticos nacionales, o regionales, sino aquellos por nosotros elegidos.
Después de dos legislaturas fuera del Ayuntamiento, de nuevo he tenido la oportunidad, con mis compañeros, de representar, defender la ciudad, procurar dignificarla con un profundo sentido ético. Creo haber cumplido con mi deber, cada día, en tiempos saludables y en esos otros, la mitad de la legislatura, en que tantas necesidades hubo que atender, muchas vitales. Aun así ha sido posible recuperar el volumen de inversión, con importantes subvenciones conseguidas de otras instituciones, y recursos del propio ayuntamiento; varias de ellas contratadas en su totalidad y en ejecución. Ha tenido la ciudad gran difusión, turística, en medios de información nacionales, y tiene en este aspecto un futuro aún más prometedor.
No hay remedios mágicos contra la despoblación y para la situación del tejido comercial y empresarial. La falsa propaganda, las noticias falsas en las redes y no redes (hay que estar precavidos con lo que nos ofrecen como información) están hoy a la orden del día. A ciudades como la nuestra, como a otras muchas de la España interior, la acucian problemas que tienen que ver con un cambio de mentalidad en cuanto a la reducción de la natalidad, con la despoblación de sus comarcas, la compra por Internet, la no sucesión en negocios familiares (algunos rentables), el decaimiento de los oficios, la mejora de las comunicaciones que favorece el asentamiento en la capital…
Contra los anteriormente citados, factores negativos, venimos luchando y hemos de trabajar sin descanso, en unión con cuantos, desde el ámbito empresarial, patrimonial, social, desean mantener la relevancia de nuestra ciudad.
Por Astorga, con Astorga.
Lo que algunos prometen me recuerda mis años anteriores a acceder al Ayuntamiento, cuando decían año tras año que Astorga iba a tener polígono industrial, matadero, agua en los grifos…, y nunca llegaban.
Juan José Alonso Perandones